Sábado de campo y nacatamales

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Los Garcías, 1-9-2012

Hoy nos hemos hecho el ánimo de madrugar para ir con María a su parcela a ordeñar. Nos levantamos a las 5 de la mañana, pero María hay días que se levanta incluso antes. El camino comienza en la parte trasera de su casa, entre plantas de café y algunos árboles. Es un camino estrecho de tierra que cruza varias vallas y riachuelos. Es agradable caminar con el frescor de la mañana. Esperamos que luego no haga demasiado calor, porque ya a estas horas empieza a calentar el sol.

Cinco minutos después el cielo empieza a nublarse, y para cuando llegamos a casa de Teresa, una de las hermanas del marido de María, está empezando a llover. Nos resguardamos en su casa esperando a que amaine le lluvia. Es el cumpleaños de una de sus hijas y también aquí suenan Las Mañanitas del Rey David, por supuesto. Teresa tiene 6 hijos y 5 nietos. Las familias aquí siguen siendo bastante grandes. El más pequeño de todos se entretiene atrapando a los pollos que corretean por la casa para ponerlos en nuestras manos.

Pasa más de media hora y no para de llover, así que decidimos continuar nuestro camino. Por mucho que llueva, hay que ordeñar a las vacas y también vacunarlas. Nos acompañan dos de los hijos de Teresa y una vez llegamos a donde están las vacas nos encontramos con Ernesto, vecino de parcela de María. Es un hombre amable y comunicativo. Cuando le decimos los países que hemos visitado, se muestra muy interesado y nos hace un montón de preguntas. Antes de irse nos invita a ir el domingo a su casa: van a hacer sopa de vaca.

Por primera vez en nuestra vida ordeñamos una vaca. ¡Nos es tan difícil como pensábamos! Pero mejor que continúe María, de lo contrario podemos estar aquí todo el día y aún hay muchas cosas que hacer.

Tras ordeñarlas, les pone una inyección a cada una, esquivando hábilmente sus coces, y nos vamos a donde tiene las plataneras. Allí tenemos que cortar unas hojas para hacer nacatamales, una de las comidas más sabrosas y tradicionales de Nicaragua. Hoy descubriremos que también es la más laboriosa.

El objetivo es hacer aproximadamente 100 nacatamales para venderlos y obtener dinero para una actividad de la escuela. Zeneida y Victoria, hermana y cuñada de María, ambas maestras de la misma escuela, van a ayudarla. ¡Y nosotros lo intentaremos también!

La base de los nacatamales, como la mayor parte de la gastronomía nicaragüense, es el maíz. Se cocina en agua caliente durante varias horas y luego se lleva al molino, donde lo muelen junto con diferentes especias, jugo de limón y naranja, tomate y cebolla. Con ello se hace una masa a la que se le va añadiendo manteca y se amasa. Luego se le añade patata, carne y arroz, y se hacen unos paquetitos que se envuelven en las hojas de platanera, se atan y se ponen a cocer durante más de dos horas. Lleva mucho tiempo y trabajo, ¡pero están deliciosos!

Aunque por la noche nos habría gustado salir de fiesta, María está cansada y mañana nos tenemos que levantar pronto, así que nos quedamos en casa. Por la noche vienen Walter, uno de los tres hermanos de María, con un par amigos. Nos quedamos en la entrada de la casa bebiendo y charlando hasta tarde. No es lo que teníamos pensado, pero igualmente lo pasamos bien.