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Ahora sí que se acaba... Buenos Aires nos despide con su mercado de San Telmo, sus antigüedades y su tango.

No teníamos claro si hacer la salida en barco para ver a las ballenas. Al final lo hicimos y pudimos verlas aún un poquito más cerca.

Nos sacamos una espinita que nos dejamos clavada en nuestro paso por la Patagonia: ver a las ballenas en Puerto Madryn. ¡Y no nos defraudan!

En el mundo debe haber pocos lugares en que la naturaleza se muestre de una manera tan majestuosa, tan impresionante, tan sorprendente como las Cataratas de Iguazú.

¿Qué más nos puede pasar en Bolivia además de engaños, mentiras, enfermedades y pequeños accidentes? ¡Ah, sí! ¡Que me muerda un mono!

Salimos de La Paz superando alguna que otra dificultad y llegamos a Coroico. Un hostal agradable, un paisaje tropical... Por fin un poco de tranquilidad. Aunque, por desgracia, los días en este idílico paisaje tampoco acaban demasiado bien.

Salimos de Uyuni hacía La Paz en bus y seguimos teniendo problemas. Parece que en Bolivia las cosas no van a ser fáciles con el tema del transporte... pero también conocemos buena gente, como de costumbre.

Por fin podemos visitar el Salar de Uyuni. El desierto de sal más grande del planeta: un paisaje espectacular y uno de esos lugares que hay que visitar una vez en la vida.

Policías, denuncias, mentiras, discusiones, desapariciones mágicas, más mentiras, intimidación de oficiales de inmigración... Así trabaja Colque Tours, una agencia de lo peor que hemos conocido.

Nuestra entrada en Bolivia resulta ser bastante movida. Contratamos un tour por el Salar de Uyuni, la Laguna Colorada y otros lugares con Colque Tours y nos intentan meter en un temporal de nieve y viento con unos vehículos en un estado lamentable. Y todo el trayecto aderezado con mentiras y tomaduras de pelo.