Cálida acogida en Medellín

Medellín, 3 y 4-1-2013

Hasta ahora habíamos tenido buenas experiencias con couchsurfing, pero la de Medellín está siendo simplemente genial.

Hace unos días recibimos un mensaje de David, un chico que había visto nuestra web y nos invitaba a pasar unos días con él y con Andrés, su pareja. Aceptamos encantados su invitación y unos días después nos encontramos en la ciudad.

Como David está trabajando y Andrés (que es profesor) está de vacaciones, es este quien viene a recogernos y nos lleva a la casa que ambos comparten en el barrio de El Poblado, uno de los mejores de la ciudad.

Ya nos tenían preparada la habitación, un plano de la ciudad, información sobre lugares que visitar... Al hablarle de nuestro proyecto, Andrés piensa que Juliet, una amiga suya que es trabajadora social, quizás nos podría ayudar a encontrar algo interesante sobre lo que trabajar aquí. A los dos minutos ya la está llamando y quedando con ella para conocernos al día siguiente. ¡Esto sí que es eficiencia!

Poco después llega David, que enseguida nos cae muy bien. Es muy simpático y tiene en su cara una sonrisa permanente. Seguimos charlando los cuatro durante un buen rato..  nos propone salir a dar una vuelta. Ya empieza a caer la noche y, para alegría de Javi, se nota un descenso en la temperatura que hace que, por primera vez en mucho tiempo, tengamos que buscar en la mochila algo de manga larga. David nos lleva al “Pueblito Paisa”, una curiosa reproducción de lo que sería un pueblo tradicional de la región de Antioquia. Luego caminamos hacia el río para ver el impresionante alumbrado que instalan allí y que atrae a miles de visitantes. ¡Nuestros alumbrados de Navidad y fallas se quedan en nada comparado con esto!

Mientras caminamos, nos vamos conociendo poco a poco. Hablamos de nuestras vidas, del trabajo, de nuestros respectivos países, de nuestros sueños... y David nos cuenta que pronto se hará realidad uno de los suyos: ¡viajar a China! Tiene previsto salir a principios de mayo y nos parece muy divertido que una de sus mayores motivaciones sea nada y nada menos que comer cosas exóticas: ratas, cucarachas, ¡perro! De hecho, más tarde Javi le ayudará a crear un blog con el sugerente título de “Pincho de rata”.

Cuando nos vamos a dormir esa primera noche, Javi y yo coincidimos: David y Andrés son encantadores.

Al día siguiente por la mañana vamos a comprar al supermercado. ¡Una cosa es que nos acojan y otra que atraquemos su nevera! No cogemos muchas cosas porque sólo estaremos un par de días más con ellos. Entre las estanterías, hay algo que nos llama la atención: ¡una pastilla de chocolate Valor! ¡Y además es de chocolate con leche con almendras, el favorito de Javi! Tras la emoción inicial, vemos el precio y decidimos dejarlo donde estaba. Es curioso las cosas que te hacen ilusión cuando estás fuera de casa...

Como habíamos quedado, por la tarde viene Juliet, que resulta ser tan encantadora como nuestros anfitriones. Nos cuenta un montón de cosas, nos habla de las organizaciones que trabajan en Medellín, nos pasa los datos de contacto... Esta ciudad tiene muchos proyectos sociales, algunos de organizaciones y otros de la alcaldía. ¡Va a ser difícil decidirse por uno! Al menos tenemos claro que nos gustaría investigar acerca de dos temas: los niños de la calle y los niños soldado. Sabemos que son dos problemas importantes en el país y en los días anteriores hemos estado buscando información en Internet. Nos hemos dado cuenta  de que quizás esta sea la ciudad más apropiada para trabajarlos. Y, por suerte, el tema de los niños soldado es algo que no vamos a encontrar en muchos otros países, así que seguramente nos centraremos en esto. No teníamos previsto trabajar en nuestro proyecto tan pronto pero las oportunidades hay que aprovecharlas cuando surgen.

Después de charlar un buen rato, salimos todos juntos a recorrer algunas de las zonas más conocidas de la ciudad: el Parque Bolívar, la Avenida La Playa, el Parque del Periodista...

Este segundo día acaba en un parque con Andrés, David, Juliet, su novio y nosotros dos sentados en un parque, hablando y tomando cervezas. Nos sentimos realmente a gusto con todos ellos. No dejamos de sorprendernos de la gente tan simpática que nos sale al encuentro en cada paso de nuestro viaje.