Eso me pasa por hablar...

Puerto Natales, 7-4-2013

Hace tres días que acabamos el trekking. Estábamos cansados y queríamos retomar fuerzas antes de seguir nuestro camino, así que decidimos quedarnos un poco más en Puerto Natales.

La segunda noche, decidimos ver una película. Llevamos dos discos duros, y repartidas entre ambos, muchas películas y música, así como las copias de los vídeos, fotografías y proyectos realizados durante el viaje. Voy a sacar mi disco duro: meto la mano en la mochila y saco la funda... vacía.

- Javi, no tengo el disco duro -le digo, mientras noto que me baja la sangre a los pies.

- ¿Cómo que no? -me responde, con la misma cara de susto que debo tener yo.

Empezamos a revolver entre nuestras cosas, pero nada: el disco no está. Es más: descubrimos que también falta el cable del otro disco. Intentamos recordar cuándo los usamos por última vez. Estamos seguros de que los usamos en Ushuaia, en casa de la familia con la que estuvimos y creemos que no lo volvimos a tocar hasta hoy. Entre medias, la mochila estuvo en el hostal donde estamos ahora y en casa de un amigo. Estamos desconcertados. En el momento, me pongo de muy mal humor. Javi intenta tranquilizarme:

- No es para tanto, tenemos copia de todo nuestro trabajo. Sólo hemos perdido las películas, la música... y el disco duro, que vale dinero. Pero no es tan grave. Mañana intentaremos averiguar qué ha ocurrido.

- Sí, ya lo sé ¡pero tengo derecho a enfurruñarme un rato! Mañana se me habrá pasado.

A la mañana siguiente esparcimos sobre la cama todo el contenido de nuestras mochilas, pero no está. Hablamos con unos y con otros, pero nadie sabe nada del disco. ¿Nos lo olvidamos en algún sitio? ¿Nos lo robaron en el hostal? Creo que nunca lo sabremos...

Da la casualidad de que justo ayer estaba hablando por skype con mis padres acerca de la confianza en las personas. En este viaje estamos durmiendo en casa de gente que no conocemos, haciendo autostop... y hasta el momento no habíamos tenido ningún problema. Al contrario; todas las personas que hemos conocido se han portado de maravilla con nosotros.

- Sé que cualquier día nos podemos llevar la bofetada por ser tan confiados, pero como decimos siempre, -una pequeña adaptación de la frase del director Heinz Zschokke- “preferimos ser engañados mil veces a perder una vez la fe en la humanidad”.

¡Tampoco esperaba que la bofetada llegara esa misma noche! A pesar de todo, seguimos pensando igual. Como le dije a Javi, al día siguiente ya estaba tranquila. Tenemos que asumir lo que ha pasado, seguir adelante, y tal vez tener un poco más de cuidado con nuestras cosas. No vamos a hacer un drama de todo esto. Después de un año y medio viajando, es la primera vez que nos ocurre algo así, y desde antes de salir teníamos claro de que en algún momento podía pasar. Compraremos otro disco y otro cable para el que nos queda, (aunque no aquí porque es bastante caro) y problema resuelto.

En cualquier caso, mañana seguiremos nuestro camino: en El Calafate ya nos espera nuestra couchsurfer Georgi. Y, como las últimas veces, intentaremos llegar haciendo autostop. ¡Ya hemos dicho que no vamos a cambiar!

* "Es infinitamente más bello dejarse engañar diez veces que perder una vez la fe en la Humanidad." Heinz Zschokke, director de cine alemán