Los cubanos y su visión de Cuba

Al cubano le gusta quejarse tanto o más que al español, que no es poco. Se quejan de todo, pero sobre todo de la economía, el trabajo y las dificultades para llegar a final de mes. Curiosamente no se quejan tanto de la falta de libertades, de no tener democracia, del régimen político... Y no es que no haya cubanos que protesten por estos temas, los hay y muchos, pero en la calle el tema número uno, el problema estrella, es el dinero. Y es que en Cuba el sueldo no llega nunca.

No les falta razón para sus quejas, pero a veces parece que olvidan que no están tan mal, que podrían estar peor. No quiero decir que esto sea motivo suficiente para callar, no es eso. En España no estamos tan mal como ellos y también nos quejamos. Eso está bien, siempre hay que querer mejorar. El problema es que me da la sensación de que el cubano no se da cuenta de lo que tiene: la cultura, la educación, la sanidad y muchos otros servicios públicos. Todos son mejorables pero es algo que no tienen en muchos otros países en los que tampoco llegan a final de mes.

Mostramos nuestro documental sobre los niños que recogen basura en Varanasi y que ahora están siendo escolarizados por Semilla para el Cambio, la organización de nuestra amiga María.. La reacción es siempre la misma:

- ¡Pero cómo vive esa pobre gente!

- ¿Esas son sus casas? ¿Viven con esa basura alrededor?

- Aquí en cuba ni los más pobrecitos viven así... es muy triste.

- La verdad es que no estamos tan mal. Hay que ver como están en otros países.

Creemos que es bueno que la gente sepa donde está, lo bueno y lo malo que tiene en su país. Es la única manera de que, llegado el momento de cambiar las cosas, sepan lo que hay que hacer.

En cualquier caso es muy diferente como se quejan los mayores y los jóvenes. No hablamos en todo el mes con ningún joven que fuera un convencido de la revolución. No dudo que los habrá, aunque nosotros no los vimos. Sin embargo los mayores ven las cosas de otra forma. Ellos vivieron la dictadura y la represión anterior. Algunos piensan que lo que tienen ahora no es bueno, pero que lo que tenían antes era peor. Eso les hace más permisivos con el régimen actual. Otros mayores siguen siendo fieles a la revolución y al gobierno hasta las últimas consecuencias. No sabemos si es por convicción, por costumbre o por interés, pero así es.

Los mayores de los que hablamos nos cuentan historias espeluznantes sobre los años de la dictadura de Batista:

- En aquella época había muertos, desaparecidos y palizas por nada. A veces daban una pequeña fiesta 4 o 5 amigos para divertirse y llegaba la policía. Les daba una paliza sin más y los dejaban tirados en la calle. Ellos no habían hecho nada, ni se habían metido en política ni nada – nos cuenta Miriam, la madre de Zoe.

- En casa de Zulema mataron a un chico el día de la madre – recuerda la hermana de Miriam – Llego un militar y le pego un tiro en la cabeza sin mediar palabra. Él estaba haciendo regalos para venderlos y que se los regalaran a las mamás. Lo tiraron a la calle y allí lo dejaron, tirado en el suelo – añade señalando hacia un lugar cercano a la casa.

- Mis hermanos y yo ocultamos en casa a un joven al que le habían dado una paliza y le habían roto varios órganos internos. Recuerdo muchos muertos, muchos, y las torturas... – dice Miriam mirando al vacío. – Muchos de esos muertos luego se convirtieron en mártires de la revolución y tienen ahora calles con sus nombres por aquí.

También recuerdan la pobreza de los campesinos, la dificultad de ir a la escuela, cómo los políticos compraban las cédulas que permitían votar en las elecciones amañadas, a veces amenazando con quitarles la casa.  Todo esto es difícil del olvidar para los que lo vivieron. Como también es difícil olvidar los años de cambios y de mejoras que siguieron a la guerra. La alfabetización, la creación de escuelas, hospitales... Es comprensible que se resistan a ver el lado malo de su actual gobierno.

Lo jóvenes, como Alejandro y Lisandro, saben de todo esto porque en la escuela se lo repitieron hasta la saciedad, pero lo ven como algo más lejano. Para ellos es historia antigua. Ellos solo ven el presente y son los que tendrán que decidir que hacen con su futuro. Tan solo espero que aprendan del pasado.

Luego están los adultos de mediana edad, como Zoe y Flabio. Esa generación tiene todos aquellos acontecimientos más presentes pero también saben que las cosas pueden ser de otra manera. Ellos vivieron los años anteriores al periodo especial, a la caída de la URSS. Entonces las cosas no estaban tan mal. Para ellos es difícil decidirse y se debaten entre dos tierras.