Mujer, racismo y homosexualidad en Cuba

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El hombre en Cuba es machista. En general sigue considerándose el jefe de la casa y piensa que la mujer se debe encargar de los niños y de las tareas domésticas, además de trabajar fuera de casa en muchos casos. Nos dicen algunas mujeres con las que hablamos de este tema que el problema es que muchas mujeres también son machistas y no solo no protestan, sino que quieren que sus hombres sean así. Las infidelidades son muy comunes en ambos sexos. Cuando el hombre es infiel, la mujer suele sacar su carácter latino y montar una escena de celos tremenda, al más puro estilo tropical. Pero, según nos comentan, parece que en el fondo muchas piensan: “¡Qué hombre es mi papito! ¡Tiene las hembras que quiere!”, llegando a sentirse orgullosas.

Sin embargo, cuando le preguntas a una mujer cubana quién manda en su casa, responde sin dudar “¡Yo!” Marta, la hija mayor de Zoe, lo tiene muy claro. La familia de Doriel, su novio, tiene una visión muy machista de las relaciones, pero ella no va pasar por el aro:
Por ejemplo, me dicen que yo tengo que hacer lo que él diga, y yo lo que pienso es que unas veces cederé yo, y otras él. Pero su familia vuelve a insistir, que si tenemos una discusión y no nos ponemos de acuerdo, la última palabra la tiene él.

Doriel está de acuerdo con ella y, cosa rara en un hombre cubano, está aprendiendo a planchar la ropa, a hacer trenzas en el pelo...

- Porque si tenemos una hija y yo un día no estoy en casa, él tiene que saber peinarla y cuidarla – explica Marta.

Aparte de este caso, que seguramente no será lo habitual, es una señal de que las cosas empiezan a cambiar. Independiente de esto, es cierto que las mujeres cubanas se ven fuertes y seguras de sí mismas, a diferencia de lo que ocurre en otros países latinoamericanos, donde la mujer está mucho más sometida.

El racismo también es algo que no es solo de blancos. Los negros, los mulatos, todos parecen ser racistas. Una expresión común que usan cuando alguien más negro se casa con alguien más blanco es que el negro “adelanta” y el blanco “atrasa”, ya que los hijos serán un poco más blancos que el primero y un poco más negros que el segundo. En general los negros más oscuros son vistos como vagos y tienen más difícil el acceso a buenos trabajos y a puestos de responsabilidad. Nosotros hemos podido comprobar que esto no es cierto, he visto a pocas personas trabajar tanto como Flavio.

El tema de la homosexualidad es todavía más grave. Nos quedamos de piedra cuando nos cuentan que, durante muchos años, en Cuba eran perseguidos trabajo junto con otros “desafectos a la revolución”. Hace unos años se llegó a aprobar una ley que los excluía de los puestos de trabajo públicos, que son casi todos los puestos de trabajo en Cuba. Gracias a Dios, la ley fue invalidada más tarde en los tribunales. En cualquier caso la gente sigue mirando mal a estos “pájaros” como los llaman aquí  y la aceptación social tardará en llegar.
Resumiendo, la sociedad cubana no está muy concienciada en asuntos tan importantes como el machismo, el racismo y la homofobia. Es algo que sorprende ya que estos temas son vitales para los partidos de izquierda en España. Eso nos hacía pensar que un país como Cuba, gobernado por una izquierda más radical que la izquierda española, se habrían trabajado estos aspectos durante muchos años. Esperábamos encontrar una sociedad tolerante y abierta  pero nos encontramos con algo muy diferente.

Imagino que todas estos prejuicios sociales tienen unas raíces culturales muy antiguas ya que son bastante comunes en casi todos los países de Centro y Sudamérica. Nuestro amigo Alejandro no se cansa de repetir siempre que la revolución cubana heredó algunas de las cosas que quería abolir y las perpetuó en Cuba. No se si quizás esto se ha debido a que la izquierda moderna ha hecho propias todas estas causas sociales en épocas más recientes y la izquierda cubana llegó tarde a este cambio y quedó fosilizada en el 59. O quizás es que pudieron más los prejuicios heredados durante generaciones y que también estaban muy dentro de las mentes de los jóvenes revolucionarios cubanos. No sabría decir el motivo de este hecho tan aparentemente contradictorio pero de lo que no cabe duda es de que la política del gobierno al respecto ha hecho mucho daño a estas personas y ha hecho perder muchos años a la sociedad cubana en la aceptación de la igualdad de todos los seres humanos, independientemente de su sexo, orientación sexual y raza. Parece que tan solo se centraron en la condición económica de las personas, olvidando el resto de aspectos que forman a los seres humanos.