¡Nos vamos a Colombia!... ¿o no?

Información
This post is categorized under...
Sections: 
Countries: 
Authors: 

Panamá, 16-12-2012

Sobre las 8 de la mañana estamos cogiendo en Boquete el bus que nos llevará a David, y de ahí cogeremos otro a Panamá. Tenemos que llegar esta misma noche porque mañana a mediodía sale el velero en el que vamos a viajar a Colombia; vamos con el tiempo justo.

Javi está raro. Imagino que es porque le da pena no poder ir a Las Galápagos y a Chile, pero ya decidimos que no podíamos esperar más y nos teníamos que ir. La decisión fue más difícil todavía porque no era solo perder el viaje en barco. El no ir a Chile directos supone que llegaremos a Argentina en abril o mayo, en el invierno austral. Este detalle supone no poder explorar la Patagonia, que era uno de los lugares con los que Javi siempre ha soñado. En el trayecto tocamos el tema, pero parece que Javi no quiere hablar demasiado, así que lo dejo estar.

Cuando ya vamos en el segundo bus, camino a la capital, suena el teléfono. Es mi madre, pero no es la habitual llamada de los domingos. Me tiene que dar una mala noticia: mi abuela, la madre de mi padre, acaba de fallecer. La noticia no es inesperada; hacía tiempo que estaba muy enferma, pero aún así me quedo bastante afectada. Lo peor es estar tan lejos y no poder acompañar a mi familia, sobre todo a mi padre, en estos momentos. 

Ahora los dos estamos bastante mal, y esto desencadena una situación crítica cuando llegamos a Panamá. A pesar de que habíamos valorado todos los pros y los contras, a pesar de que ha sido una decisión muy pensada y consensuada, en el fondo Javi no se quiere ir. Y yo, que no estoy muy centrada, ya no sé qué hacer. No me apetece nada salir mañana de viaje, pero tampoco quiero seguir aquí. Pasamos un mal rato intentando decidirnos de nuevo, y al final decidimos seguir adelante con el plan.

De vuelta por última vez en el hotel Casco Viejo, nos encontramos allí con Gen, la couchsurfer que nos hospedó en Puerto Lindo. Es una situación extraña porque, a pesar de que nos cae muy bien y nos alegramos de verla, no tenemos ningunas ganas de hablar. Además, no había habitaciones libres y tenemos que dormir en un dormitorio compartido.

Esperamos estar un poco mejor mañana, porque si no lo que podría ser un bonito viaje en velero durante tres días puede convertirse en una experiencia muy triste...