Panamá City

La ciudad

Tenemos que reconocer que, a pesar de ser una gran ciudad, al principio nos gustó bastante. El casco antiguo es bonito y está bastante cuidado, y el skyline de la ciudad desde lejos es impresionante. Pero cuando llevas un tiempo allí es eso: un gran ciudad, con sus coches, sus atascos, su estrés...

Dónde dormimos

Hospedaje Casco Viejo

  • Precio: 22-25 $ habitación doble con baño compartido/privado y desayuno incluido. Hay cocina y un ordenador de uno común. También tienen wi-fi gratis para los clientes. Una cama individual en dormitorio compartido cuesta 11 $.
  • Contacto: Calle 8 con Avenida A, casa 8.31. Barrio de San Felipe, Casco Viejo. Telf. 5072112027.
  • Opinión: es un sitio sencillo y medianamente limpio. Cuando fuimos nosotros estaba lleno de artesanos, malabaristas, actores, viajeros de largo recorrido... gente abierta y simpática con quien pasamos buenos ratos en el pequeño patio trasero del hotel. Por cierto, la habitación número 3 da a este patio, por lo que es la más ruidosa. Lo bueno es que es la única con baño privado por 22 $ y que el wi-fi llega a la habitación.

Dónde comimos

  • Solíamos cocinar nosotros, pero en los alrededores del hotel y caminando por la Avenida Central hay varios comedores relativamente económicos. Es muy conocido el Café Coca-Cola, el más antiguo de la ciudad de Panamá.

Qué vimos

  • Paseamos por el Casco Viejo, fuimos caminando por el paseo marítimo hacia el mercado del marisco  (donde puedes comer ceviche a buen precio) y hasta la parte nueva de la ciudad, con sus altos rascacielos.
  • Obviamente, fuimos a ver el famoso Canal de Panamá (entrada 5$ sólo ver el canal, 8$ incluyendo visita al museo, que para nosotros vale la pena)

 

Blog

Sobre las 8 de la mañana estamos cogiendo en Boquete el bus que nos llevará a David, y de ahí cogeremos otro a Panamá. Tenemos que llegar esta misma noche porque mañana a mediodía sale el velero en el que vamos a viajar a Colombia; vamos con el tiempo justo. Pero Javi está raro, parece que no está del todo convencido. A mitad de camino recibimos una llamada telefónica que me hace dudar a mí también...

Aún no nos lo creemos, pero por fin tenemos la cámara reparada. Hoy hemos ido a recogerla, la hemos probado y, ahora sí, todo funciona correctamente. Mientras esperamos a tener más noticias del barco que nos llevará a Sudamérica, vamos a ir a casa de otro couchsurfer en Penonomé.

Nos levantamos temprano para no llegar tarde a nuestra cita con Miguel, el capitán del barco que va a viajar a Chile y que ayer nos llamó por sorpresa. Nos encontramos en un bar del muelle y comenzamos a charlar. Nos hace muchas preguntas, parece una entrevista de trabajo: quiere conocernos lo mejor posible antes de decidir si nos lleva con él o no. Luego nos habla de sí mismo: lleva 30 años navegando en un velero, el cual nos señala desde donde estamos. Normalmente viaja solo y le gusta viajar así, pero vio el cartel, leyó lo de nuestro proyecto y quería echarnos una mano. A continuación nos cuenta sus planes:

Hoy nuestro objetivo es vender artesanía y hablar con la gente que tiene barcos en los muelles para ver si encontramos alguien que nos lleve hacia el Sur. El primero lo alcanzamos con creces. El segundo resulta más complicado, pero una llamada telefónica a última hora de la tarde nos da esperanzas...

Salimos a la calle y cogemos un autobús para ir a la otra punta de la ciudad. Recorremos los primeros kilómetros sin dificultad. Unos minutos después empieza el atasco, o “el tranque”, como dicen por aquí. Arranca, avanza, frena. Avanza un poco, frena de nuevo. Un coche que intenta incorporarse a la desesperada desde el carril de la derecha. El autobús le pita, el del coche le responde. Gente que mira el reloj desesperada, llegarán tarde al trabajo...

Panamá, 20-11-2012

Hoy salimos con la intención de visitar el famoso e imprescindible Canal de Panamá. Llevamos aquí más de 3 semanas y aún no lo hemos visto. Nada más salir de casa nos llaman por teléfono para decirnos que nuestra cámara está reparada. ¡Por fin!

Después de una semana en casa de Juan y Juli, decidimos volver a Panamá. Nos sabe mal estar tanto tiempo aquí y además necesitamos un sitio con Internet para trabajar. A Javi se le ocurre que podemos intentar alquilar una habitación o un piso para 15 días. Parece que la cámara aún tardará y podemos seguir trabajando. Pero ¡sorpresa! Un couchsurfer ha aceptado acogernos en su casa.

El viaje desde Panamá a Puerto Lindo se nos hace más largo de lo que esperábamos. Claro que si no nos hubiéramos equivocado de autobús habríamos llegado antes. Una vez allí, pasamos varios días con nuestros nuevos amigos Gen y Sébastien, intentamos conseguir un barco que nos lleve a Colombia y hacemos un par de excursiones por la zona.

En los días que llevamos en Panamá hemos compartido muchos ratos con los otros huéspedes del hotel. Aquí se hospeda la mayor concentración que hemos visto nunca de artesanos y artistas callejeros: malabaristas, músicos, actores... Casi todos son de origen latinoamericano y van viajando al tiempo que se ganan la vida. Son gente abierta y simpática. Enseguida entablamos amistad con algunos de ellos.

La ciudad de Panamá tiene dos partes claramente diferenciadas: el casco antiguo y la gran ciudad.
La zona antigua, con sus casas bajas, su arquitectura colonial, sus plazas y sus calles peatonales. La ciudad, con sus altos rascacielos, su tráfico, sus centros comerciales y su prisa.