Recorriendo la Isla de Ometepe

Información
This post is categorized under...
Sections: 
Countries: 
Authors: 

Ometepe, 22 y 23-9-2012

En nuestra primera mañana en Ometepe nos levantamos y cogemos el autobús que recorre la isla para ir a la playa de Santo Domingo. El problema es que el bus te deja en un cruce desde al cual hay que ir caminando una hora y media hasta llegar a la playa. Y, la verdad, es un poco decepcionante porque tanto el agua como la orilla estaban bastante sucias. ¡Es mucho mejor la playa del hotel! Al menos aprovechamos para comer un pescado buenísimo y a un precio asequible. También podemos ver cómo un ganadero baña a sus vacas en el lago; es una escena bastante curiosa porque, además, el lago es tan grande que parece que sea el mar.

De ahí queríamos ir al Ojo de Agua, que estaba en el mismo camino, pero empieza a llover y decidimos dejarlo para el día siguiente. Además así aprovechamos para ir a Altagracia y preguntar por los los barcos que vienen de Granada y van hacia San Carlos Nuestra idea inicial era estar dos o tres días en Ometepe, volver a Managua y de allí ir a Bluefields, en el Caribe de Nicaragua, y a Corn Island. Pero, como de costumbre, estamos considerando un cambio de planes. Javi quiere ir al archipielago de Solentiname, unas islas que hay al este del lago y que tienen una historia muy especial.

Cuando llegamos a Altagracia nos enteramos de que el puerto está a varios kilómetros y que el último bus que va hacia nuestro hotel sale ¡en diez minutos! Así que compramos algo de comer, jugamos un poco con una perra que nada más vernos vino corriendo muy contenta y se puso a jugar con nosotros, subimos de nuevo al bus y volvemos al hotel.

Al día siguiente es domingo y hay menos buses. ¡La verdad es que no sabemos ni en qué día vivimos! Un buen rato después de estar esperando, hacemos el mismo trayecto que el día anterior, nos bajamos del bus y ¿a quién nos encontramos? ¡A la misma perra que estuvo con nosotros ayer en Altagracia! Nuestra nueva mascota empieza a caminar con nosotros hacia el Ojo de Agua.

Es una pequeña laguna de aguas muy transparentes y que, según nos dicen, tienen propiedades medicinales y rejuvenecedoras ¡a ver si es verdad! Está acondicionado para el turismo, con mesas, tumbonas, un bar...

A pesar de ser domingo no hay demasiada gente y nos bañamos tranquilamente, mientras la perra, a la que hemos bautizado con el nombre de “Nica”, está tumbada bajo la mesa cuidando de nuestras mochilas.

Después de comer algo en el bar (no hemos sido previsores y no hemos traído comida), nos tumbamos a hacer una siesta en las hamacas. Pero hay unos bichitos minúsculos que no dejan de picarnos por todas partes. Son bastante molestos, pero parece que no dejan marca.
Por la tarde volvemos por el mismo camino, y cuando llegamos al cruce nos toca esperar al autobús ¡durante casi dos horas! Nica sigue todo el tiempo a nuestro lado y, cuando llega el bus, sin pensárselo se sube tras nosotros ¡Tres veces tuvimos que bajarla! Finalmente se queda en la parada mirando al bus tristemente, o eso nos pareció a nosotros. Creo que de haber estado en casa nos la habríamos llevado con nosotros.

Para ahorrar un poco, hoy nos hemos cambiado a un dormitorio compartido. De todas formas, no había nadie más. Pero cuando llegamos por la tarde y abrimos la puerta, nos encontramos con una chica en la habitación ¡Qué susto! Sabíamos que podía venir alguien más, pero no nos lo esperábamos y nos sorprende encontrarla allí.

Nuestra nueva compañera de habitación es Amelia, una chilena muy simpática que está subiendo desde Argentina hasta Canadá por tierra. Pasamos un buen rato charlando con ella, quien nos da alguna información que resultará muy útil para nosotros, que vamos a hacer el trayecto inverso. No esperábamos encontrar aquí a viajeros de largo recorrido, como era habitual en Asia, pero parece que hay bastantes más como nosotros. ¡Seguro que conoceremos a mucha gente en nuestro camino!