Relax en los Termales de Santa Rosa y celebración de mi cumple

Información
This post is categorized under...
Sections: 
Countries: 
Authors: 

Pereira, 21 y 22-2-2013

Hoy nos levantamos relativamente temprano para ir a los termales de Santa Rosa, donde hay un nacimiento natural de agua caliente. Es un lugar rodeado de naturaleza, en el que  hay una gran cascada de agua fría que contrasta con el agua caliente que nace más arriba y que, canalizada, va a caer en forma de fuente a unas piscinas de agua caliente.

A pesar de que es un sitio muy orientado al turismo, el lugar es precioso y, como es jueves, no hay demasiada gente. Cuando llegamos está lloviendo, lo que hace aún más placentero el sumergirse en agua caliente. ¡Se está de maravilla! De vez en cuando salimos para ducharnos con agua fría, cambiar a otra de las piscinas o mojarnos en la cascada.

Cuando ya empezamos a estar arrugados, como cuando éramos niños y nos pasábamos horas en la piscina, Javi sale del agua mientras yo me hago la remolona. Lo veo hablar con uno de los trabajadores.

Cuando salgo del agua me dice:

- Te voy a regalar un masaje por tu cumpleaños.

- ¡Si es mañana!

- Ya, pero hoy estamos aquí -responde sonriente.

¡No podía rechazarlo! Así que disfruto de un masaje relajante que además me alivia un poco el dolor de espalda que tengo desde hace unos días. Y después ¡otra vez al agua! Pero sólo un par de minutos porque está a punto de pasar el autobús.

Todo el cansancio que sentíamos esta mañana cuando nos levantamos se ha esfumado después de pasar unas horas aquí.

Llegamos a casa de Blanca tranquilos y relajados y les contamos lo mucho que hemos disfrutado.

- ¿Y mañana qué van a hacer? -nos preguntan Blanca y Juan.

- Pues yo creo que mañana nos vamos...-responde Javi.

- ¿Tan pronto? ¿Por qué? -dice Blanca.

- Porque tenemos que seguir el viaje... aunque mañana es el cumpleaños de Mayte.

- ¡Entonces no se pueden ir! ¡De ninguna manera! ¿Y pasar el día metidos en un bus? ¡De eso nada! ¡Se quedan aquí! -es la respuesta de Juan, y la verdad es que nos alegramos.

- Está bien, ¡nos quedamos!- dice Javi después de cruzar una mirada cómplice conmigo.

Y me alegro mucho de haberlo hecho. Es un día de cumpleaños precioso. Por la mañana, salgo de la ducha envuelta en una toalla y escucho de repente una música en la habitación de al lado. Cuando estoy entrando a la habitación, ¡me doy cuenta de que es una canción de cumpleaños colombiana! Es la primera vez que me felicitan a ritmo de vallenato, ¡más auténtico imposible! Aún envuelta en la toalla, Blanca y Juan me abrazan y me felicitan por mi cumpleaños riendo y cantando.

Luego me cuentan que Blanca va a preparar una comida especial y que también nos van a acompañar Juli y su madre. Acto seguido suena el teléfono ¡es mi amiga Lourdes, que me llama desde España! Para evitar la ruina que le puede suponer esta llamada, pasamos a hablar por skype durante más de media hora. ¡Qué ilusión! Más tarde hablo también con mis padres y veo todas las felicitaciones que me han llegado a través del e-mail y de facebook. Enseguida se hace la hora de comer y... ¡sorpresa! ¡Tengo hasta una tarta con velitas! No puedo evitar emocionarme. Además, Blanca Inés me regala una pañoleta blanca preciosa hecha de ganchillo, y Juan y Juli un turbante hecho con un trozo de mola, las telas tejidas por los indígenas kuna de Panamá. ¡Esta familia es maravillosa!

Y ahí no acaba el día, porque por la noche nos invitan a acompañarles a una cena que la familia de Juli ha organizado en su honor. Todos fueron muy amables y simpáticos con nosotros, pero tenemos que destacar a “la abuelita”, doña Rosa. Tiene 93 años, pero a pesar de su edad está muy lúcida, bromea continuamente y desprende una dulzura increíble.

Después de cenar, salimos con Juan, Juli, su prima y su novio a tomar algo y ¡a bailar! ¡Hacía muchísimo tiempo que no salíamos así! Hemos salido a tomar algo, pero nunca era un local para bailar. Hoy sí, y me daba igual que sonara reguetón, música disco, salsa o bachata ¡yo bailo lo que sea! Lo pasamos realmente bien.

Nunca me habría imaginado un cumpleaños tan bonito estando tan lejos de casa, y todo ha sido gracias a “nuestra familia colombiana”. Ha sido estupendo conocer a las familias de nuestros queridos Juan y Juli y les estamos muy agradecidos por todo, especialmente a Blanca Inés, que nos acogió en su casa como si nos conociéramos de siempre. Esperamos volver a verlos algún día. Una vez más, salimos de un lugar emocionados por despedirnos de gente a la que le hemos cogido tanto cariño...