Trekking día 0: de Katmandú a Besi Sahar

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Día 0 – Viernes 13/4/2012 – Katmandú a Besi Shahar (Bus)

Salimos de Katmandú a las 8:30 en un minibús en el que apenas me caben las piernas. Es un transporte local, en el que somos los únicos extranjeros. Delante de nosotros va sentada una mujer mayor. Sus rasgos son muy diferentes de los de las mujeres que hemos visto en Katmandú. En la ciudad, la mayor parte de la población tiene rasgos muy similares a los indios. En cambio el rostro de esta mujer indica un origen diferente, seguramente tibetano. Las largas trenzas de las que cuelgan unas cuerdas de colores también nos llaman la atención. Pensamos que a lo largo de nuestro camino encontraremos más diferencias, descubriremos diferentes culturas y esperamos aprender más acerca de ellas.

A la media hora de ponernos en marcha, mientras atravesamos las afueras de la ciudad y aún respiramos polvo y contaminación, recuerdo que tenía que haber acabado unos asuntos de trabajo antes de salir.

Antes de empezar este viaje mi socio y yo vendimos la mayor parte del negocio que teníamos en común desde hace más de 15 años. Lo poco que queda de la empresa lo llevaremos en común. Son algunos proyectos personales y algunos clientes de Internet, diseño y programación. Y resulta que tenía que haber acabado un informe y realizado unas modificaciones en la página web de un cliente antes de salir de Katmandú. Con los preparativos del trekking se me fue de la cabeza todo esto y me ha vuelto en el peor momento y con el ordenador metido en una bolsa, que a su vez se encuentra en una habitación cerrada bajo llave de nuestro hotel de Katmandú. ¿Que le vamos a hacer? Esperaremos a llegar nuestro destino para ver cuales son mis opciones. Lo cierto es que no me gusta incumplir plazos ni compromisos con nadie.

Al fin llegamos a Besi Sahar, lugar en el que empezamos nuestra ruta, y decidimos quedarnos para intentar resolver mis asuntos pendientes antes de perdernos en las montañas. El pueblo no es pequeño precisamente. Tiene una forma alargada, siguiendo la forma de la carretera que a partir de aquí se convierte en pista de tierra. Vemos algunos hoteles, tiendas e incluso parece que hay algún cyber para conectarse a Internet... Pero no hay suerte: sí, en el pueblo hay Internet pero no funciona. ¿Mañana? ¿quién sabe? He preguntado por la causa a 3 personas y he obtenido 4 motivos diferentes para explicar el problema, así que no tengo mucha confianza en que se solucione y menos aún en saberlo de antemano.

Finalmente consigo solucionar lo más urgente por teléfono, dando instrucciones a José María, mi ya-casi-ex socio. El resto tendrá que esperar hasta que acabemos el trekking lo cual me hace recordar con felicidad lo desconectados que vamos a estar del mundo en las próximas semanas. Esto ha sido una despedida de ordenadores y complicaciones y preocupaciones. A partir de ahora todo será más básico, más sencillo... la civilización parece que a veces sólo nos complica la vida.

Hoy decimos adiós a la civilización. Nos espera un mes de caminar entre algunas de las montañas más altas del planeta.