Una tarde de sábado

Una tarde de sábado en casa. Un rato en el sofá, viendo la tele. Luego preparando las entrevistas que haremos durante el viaje. Más tarde, un paseo para que el tobillo de Javi vaya recuperando fuerza y movilidad. De vuelta al sofá, leyendo blogs de otros viajeros que ya están cumpliendo ese sueño que nosotros seguimos preparando, mientras escucho música y con nuestro gato durmiendo en el sofá, junto a mi cabeza.

Sé que estos momentos los echaremos de menos cuando vayamos de aquí para allá, en pequeños hostales, habitaciones, casas de otras personas, donde no tendremos un sofá donde sentarnos a pasar la tarde del sábado. También es verdad que tengo unas ganas locas de empezar el viaje, pero intento saborear al máximo el tiempo que pasamos aquí antes de salir.

Es la parte buena de haber tenido que retrasar la salida. Podemos preparar mejor algunas cosas que, de haber salido en la fecha prevista, nos habríamos llevado a medias. Y podemos tomárnoslo con un poco más de calma, que en este verano he tenido días de pensar, como decían Pablo y Elena en su blog: "Si es que no nos va a dar tiempo, no nos va a dar tiempo. No nos va a dar tiempoooooo!!!" y agobiarme mucho mucho. Ahora, por suerte y por desgracia (ambas cosas), ¡creo que sí nos va a dar tiempo! Eso sí, tampoco hemos parado. Aunque seguro que al final surge algo que se nos había pasado por alto y nos toca correr.

Ahora una peli, unas palomitas ¡y a dormir!