La pobreza y la miseria

Varanasi, 1-2-2012
En nuestro viaje por India descubrimos que la miseria y la pobreza no son lo mismo. En este artículo intentamos explicar las diferencias entre estos dos conceptos y como esa diferencia supone que un niño pueda llegar a ser feliz o no. "...La miseria es esa pobreza extrema que hace que el hombre pierda casi toda posibilidad de tener dignidad y que hace que la felicidad sea para él prácticamente inalcanzable... Una persona que vive en la miseria no tiene la posibilidad de vivir, está muy ocupada en sobrevivir..."
Todos estamos acostumbrados a ver la pobreza, casi a convivir con ella. Conocemos a familias que lo pasan mal, que no llegan a fin de mes, sabemos de personas que tuvieron que dejar los estudios para ayudar en casa. En nuestro colegio puede que hubiera un niño que vivía en un barrio marginal, su padre quizás estaba en la cárcel y su madre casi nunca los llevaba a clase. Sí, eso podría llamarse pobreza, en mayor o menor grado, pero pobreza al fin y al cabo.
Todos sabemos también que la pobreza no es buena. La pobreza hace que algunos niños no tengan las mismas oportunidades que otros. Aun así, a pesar de todo, se puede ser pobre y ser feliz. Quizás es más fácil que ser rico y ser feliz. Por suerte o por desgracia no he tenido la oportunidad de comprobar en mis propias carnes ninguna de las dos cosas, pero ambas las he visto.
Mayte y yo hemos recordado muchas veces una frase que nos dijo una vez María Chapí, una amiga y una maestra en humanidad y en el mundo de la cooperación. Ella nos comentó, antes de viajar a Nicaragua, que las familias con las que íbamos a convivir eran familias pobres: “Pobres pero con una pobreza muy digna”. Cuando estuvimos allá, en ese pequeño país de Centroamérica lleno de lagos y volcanes, tuvimos ocasión de comprobarlo. Casas básicas: cuatro paredes y un techo de uralita, hamacas, camastros con periódicos y libros a modo de colchón, cocina de leña, letrina hedionda y compartida, ducha natural en un río de aguas limpias y rápidas (esto era lo mejor). Y sin embargo era un hogar, era limpio, era ordenado y sobre todo era digno.
Aquí en la India hemos visto y vivido lo mismo, esa pobreza digna. Pero lamentablemente también hemos visto a gente más pobre: conductores de risckshaw durmiendo acurrucados en sus vehículos, vendedores descansando tirados sobre el suelo de una tienda, o empleados pasando la noche en la recepción del hostal donde trabajan. Esto es algo muy común en la India. Nos resulta impactante, desde nuestro punto de vista occidental, que no tengan otro lugar a donde ir: trabajan todo el día, se echan a dormir en el suelo, se levantan, y otra vez a trabajar. Y lo mismo todos y cada uno de los días de su vida.
Pero, como escribía Calderón de la Barca en “La Vida es Sueño”, siempre se puede estar más abajo, siempre hay alguien más pobre y desgraciado que tú, siempre hay un grado más de pobreza.
Algo que no habíamos vivido en primera persona hasta ahora es la miseria absoluta. La miseria es esa pobreza extrema que hace que el hombre pierda casi toda posibilidad de tener dignidad y que hace que la felicidad sea para él prácticamente inalcanzable. La miseria se ve en las calles, las carreteras y los andenes de la India. Convives con ella a diario. Hay lugares donde hasta los perros son pobres: los puedes ver, famélicos, con las costillas marcadas, deambulando por las calles y disputándose con los humanos los restos de comida o la basura . Lo cierto es que había oído hablar de esa miseria india muchas veces, tantas que hasta me esperaba más. No creo que, al menos hoy, la palabra pobreza o la palabra miseria sean las que definan a este país. La India es mucho más compleja que eso. No hay duda de que la pobreza y la miseria son una parte muy importante del mismo pero, de alguna manera, aquí se vive como algo natural. Quizás sea debido al sistema de castas que ha reinado en la sociedad hindú durante miles de años, o quizás no… en cualquier caso es algo peligroso eso de verla como inevitable, el acostumbrarse a ella.
Los primeros días nos impactó ver a tanta gente durmiendo en las afueras de Delhi, tirados en el suelo. Eran bultos cubiertos por una manta en las aceras y las medianas de las carreteras. Luego te vas acostumbrando y te va pareciendo más normal. Cuando ya casi se han convertido en parte del paisaje, de pronto, un día cualquiera, por un motivo cualquiera, empiezas a pensar en ellos y en el por qué de su situación.
En mi caso, lo que me hizo volver a verlos, a pensar en ellos, lo que me hizo plantearme la diferencia entre pobreza y miseria, fue un comentario que hizo María, la fundadora de la ONGD Semilla para el Cambio. Un día, charlando con ella, nos comenta que las familias de los slums con las que trabaja están endeudadas con prestamistas que cobran un 100% de interés mensual. Casi todas las deudas son para pagar cosas como un gasto de hospital o la dote de una hija. Ni se plantean pedir prestado para comprar su propio rickshaw, su medio de vida. Me impactó mucho un dato tan aparentemente tonto como es el saber que casi todos los rickshaws son alquilados…
- Si es una bici con un asiento, tres ruedas y un toldo, eso no vale nada – pensé, justo antes de empezar a comprender la esclavitud de la miseria.
Eso puso en marcha algo dentro de mi cabeza y empecé a observar a esta gente con mas atención. Empecé a apreciar detalles como aquellas mujeres que estaban cargando en sacos unos montones de arena que había en la calle, probablemente restos de una obra. Me acerqué y pude ver que estaban usando sus propias manos y trozos de ladrillo roto para hacerlo. Eso les iba a llevar horas… pero esta vez lo sabía y ya no me sorprendí. Esas mujeres eran tan pobres que ni se planteaban el comprar una pequeña azada o una pala. Cuando se está en la más absoluta miseria todo es inaccesible.
La pobreza es mala, sí, pero la miseria es inaceptable. Una persona que vive en la miseria no tiene la oportunidad de vivir, está muy ocupada en sobrevivir. Sus hijos no tienen menos oportunidades que que los hijos de la clase media o alta, no, es que no tienen la más mínima oportunidad. Están condenados a repetir la vida de sus padres. Nunca irán a la escuela y nunca sabrán que su vida podría haber sido diferente, que hay alternativas. Nadie, jamás, debería tener como único objetivo en la vida el sobrevivir.
Definitivamente, la pobreza y la miseria no son lo mismo.
Comentarios
Suscribo cada palabra de este
Suscribo cada palabra de este post. Nos encanta leeros y descubrir las alegrias, penas, grandezas y miserias de este mundo. Un abrazo desde Brasil
Pobreza o miseria?
Amigos: Encontré vuestro blog buscando ideas sobre la diferencia entre pobreza y miseria. El concepto que yo tenia de esta diferencia veo que es idéntico al que se describe en este post.
Aprovecho para deciros que he estado ojeando (y hojeando) vuestro blog y os digo que me quedo. Os seguiré leyendo. Suerte y un abrazo grande
¡Un placer!
Gracias Jaume por tu mensaje. Siempre es una alegría ver que vamos haciendo nuevos amigos en el camino.
También nos alegra que compartas nuestra opinión acerca de la pobreza y la miseria...
Un abrazo!
Como zombies
Trabajando en un ensayo sobre La Madre Teresa de Calcuta y su aporte a la defensa de los derechos humanos, no dejaba de pensar en cuál era la razón de que existiera esa pobreza que hace perder la dignidad y convierte natural, por ejemplo, el hecho de mendigar por comida, dormir en las calles o llevar ropa sucia y andrajosa. Y una línea de tu escrito me hizo comprender: "...Cuando se está en la más absoluta miseria todo es inaccesible...". Inevitablemente, me viene a la mente un zombie de una película cualquiera holyywoodense. Viven, pero muertos.
Excelente artículo.
Zombies...
Me ha impactado mucho tu comparación con los zombies. Es una imagen muy fuerte, pero entiendo a lo que te refieres. Ese pasar por la vida sin vivir de verdad...
Muchas gracias por tu comentario Thais. Nos alegramos de que te guste el artículo.
Un abrazo
Comentario
La miseria lleva todo un proceso, aunque muchos no han estado en el proceso, sino que les toca vivir en miseria, para este servidor inicia con la pobreza, pero en la misma pobreza tenés oportunidades de poder salir adelante, con el minimo o máximo esfuerzo, pero cuando esas oportunidades no llegan, es cuando vamos entrando en una pobreza extrema, ya que ni oportunidades de superación se tienen, y lo más peligroso es cuando todo se ve natural y se inicia una fase donde no se vive sino que se sobrevive y llegada esa fase difícilmente se sale, entonces se pone la vida y la miseria en la balanza y todo es un círculo, muchas veces generado por el egoísmo humano centrado en el materialismo.
Pobreza y miseria
En un estudio y proyecto que estoy llevando a cabo, estaba buscando los diferentes significados y opiniones entre pobreza y miseria. Y la verdad que este artículo me dio mucha claridad y explicación de cada una de ellas. Yo personalmente después de leerlo y ver las imagines no pude pensar en que solo podía dejar un comentario de “buen artículo”. Pienso que mi lugar como lector no sólo es el leer y dar mi opinión del tema, si no de reflexionar y preguntarme a mi mismo, que puedo yo hacer para cambiar o terminar algún día esos términos, especialmente el de miseria. En la biblia, nuestro Señor Jesucristo dijo “ por que a los pobres siempre los tendréis con vosotros” Mateo 26:11. Pero El nunca se refirió a miseria. Lo que esto me indica que la miseria es un concepto nuevo y que para mi es el resultado de la indiferencia a la pobreza. Si hoy cada uno de los que ha leído este artículo, pudiese entender la profundidad de ello y tomará la decision de actuar para erradicar este capitulo de la sociedad, la miseria se empezaría a combatir y tendríamos quizas mas pobreza pero con la posibilidad y la esperanza de algún día ser feliz. Muchas gracias por compartir sus opiniones.
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