¿Qué pasa en el Tíbet?

Dharamshala, 11-12-2011

Con la intención de aprender más acerca del Tíbet, nos acercamos al Tibet Museum que se encuentra junto al templo y al domicilio del Dalai Lama. La exposición fotográfica y los textos que la acompañan cuentan historias de algunos tibetanos que vivieron en primera persona la ocupación china y el exilio. Completamos la visita viendo un documental (Uncovered Tibet) en el mismo museo. Nos quedamos muy impresionados con todo esto. La verdad es que sabíamos algo del tema pero es mucho peor de lo que pensábamos.

No es sólo que China haya invadido el Tïbet, es que están anulando a los tibetanos por completo. Desde la ocupación, en 1949, están destruyendo sus templos budistas, marginando a sus gentes, obligándolos a cambiar su forma de vida, metiéndolos en la cárcel por expresar sus ideas y haciendo que la población nómada se asiente en ghetos aislados donde no pueden ganarse la vida. Además las mujeres que tienen más de un niño se ven forzadas a esterilizarse (sin anestesia), a la vez que se proporcionan ayudas económicas a la población china para que emigre al Tíbet con el objetivo de ir menguando la población de origen tibetano.

Y no estamos hablando de algo que haya pasado hace cien años, es algo que sigue ocurriendo hoy en día, solo que no se habla de ello ni se hace nada para evitarlo. Por este motivo algunos tibetanos se han quemado vivos los últimos años, el último de ellos este verano ¿Alguien lo sabía? ¿Se aprovechó la ocasión para hablar del tema en los medios? Recordamos haber visto algo en un informativo, duró unos 15 segundos... La crisis era más importante. Lo mismo ocurrió durante los últimos y vergonzosos juegos olímpicos, que se celebraron en China pese a ser uno de los regímenes más opresores y de tener el dudoso honor de ejecutar a más de la mitad de los condenados a muerte cada año en todo el mundo. El año en el que se celebraron los juegos todavía salieron muchos tibetanos hacia el exilio cruzando a pie las montañas del Himalaya. Muchos de ellos perecerían en el intento. Sin embargo, según los medios de comunicación occidentales, el gobierno chino no parece tan malo. Después de todo hacemos muchos negocios con él.

Es curioso como, todos nosotros, cuando nos enteramos de estas cosas pensamos ¿Y qué puedo hacer yo? No es difícil... Actuar en conciencia es suficiente. Bastaba con no ver los juegos olímpicos en la televisión y contárselo a nuestros amigos. Esa protesta vale más que un donativo para acallar nuestra conciencia. Seguro que se nos ocurren más ideas para ayudar ¿no es cierto?

Por si sirve de algo, nosotros además pensamos en lo mucho que deseamos que esto acabe mientras damos vueltas a las ruedas de oración del templo.

Al salir del museo nos enteramos de que el mismo Dalai Lama va a estar aquí impartiendo unas enseñanzas dentro de una semana. Es una oportunidad única para aprender algo más sobre el Tibet y el budismo, así que, aunque habíamos previsto pasar aquí unos 3 o 4 días, decidimos quedarnos. Otro cambio de planes que hacemos muy a gusto.