Un baño en el Ganges

Rishikesh, 18-11-2011

Quien dice que no le gusta la India es porque no ha estado en lugares como este. Mehar nos recomendó que viniéramos aquí porque, aun siendo una de las ciudades sagradas, es muy tranquila y no hay mucha gente, al contrario de lo que puede ocurrir en otros lugares como Varanasi.

Hay bastantes turistas, muchos hippies y también aficionados al yoga, ya que este lugar está lleno de escuelas donde practicarlo. La ciudad está bastante adaptada al turismo y hay un multitud de sitios junto al río donde se come muy bien con muy poco dinero. Pero este ambiente convive en armonía con los templos, ceremonias, comidas y personas locales.

Pasamos un par de días paseando junto al río, observando a la gente bañarse (los hombres en pantalón corto, las mujeres vestidas), trabajando en la web y en nuestro proyecto y descansando un poco.

Gracias a nuestro amigo “bombastic fantastic”, un tendero que canta esta canción a todo el que pasa por delante, nos enteramos de que, a una hora caminando, hay una zona de bosque con alguna cascada, así que en nuestro segundo día en Rishikesh decidimos hacer una pequeña excursión. Caminamos por una carretera de montaña con bonitas vistas sobre el Ganges, que aquí aún es un río limpio de montaña, con corrientes fuertes en algunas zonas y preciosas playas naturales en otras.

No dejamos pasar la oportunidad de bañarnos en sus aguas, frías pero no heladas y con olor a minerales. Aunque no había casi nadie por allí, Mayte lo hizo con un pañuelo alrededor del cuerpo a modo de vestido, respetando un poco las costumbres locales.

Rishikesh nos parece un buen lugar agradable para relajarnos y ponernos al día. Quizás nos quedemos más de lo previsto.