Krishna se merecía otra vida

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Krishna es un joven padre de familia de 34 años. Krishna es pobre, al igual que sus padres, sus abuelos, sus bisabuelos y todas las generaciones que le precedieron. Krishna es un buen hombre, digno e inteligente que trabaja en Balewa, su pequeño pueblo en el desierto del Thar, al este de la India. Se gana la vida cuidando cabras y cultivando un pequeño huerto. Los ancianos padres de Krishna tienen que trabajar y ayudar en lo que pueden ya que Krishna no gana lo suficiente para mantenerlos. Él y su mujer viven en una humilde casa que se cae a pedazos. Ninguno de los dos tuvo nunca la oportunidad de ir a la escuela y probablemente sus tres hijos tampoco puedan hacerlo jamás. Ellos tendrán que trabajar en cuanto cumplan los 7 u 8 años, como tuvo que hacer su padre en su momento. Parece que Krishna no ha tenido suerte y la cadena de la pobreza continuará durante varias generaciones más...

Esta podría haber sido la vida de Krishna, habría sido lo normal en su país, en su pueblo y en su situación. Pero algo hizo que todo cambiara unos años atrás. Algo cambió su destino, el de sus hijos, el de sus futuros nietos y el de todos sus descendientes. Hoy su vida es muy diferente. Hay momentos críticos en la vida. Hay decisiones u oportunidades que pueden hacer que la vida de una persona y la de sus hijos siga un camino u otro muy distinto.

¿Qué es ese algo especial que ocurrió para que su vida y su futuro sean tan diferentes a lo que le habría tocado vivir?

La familia de Krishna ha vivido durante generaciones en el desierto del Thar, una tierra dura donde la vida nunca ha sido fácil. Aún así es su hogar, su tierra, y la aman. Mientras la India fue una colonia inglesa vivieron en distintos pueblos, dependiendo de dónde había más agua, más recursos, más futuro en cada momento. Tradicionalmente se han dedicado al pastoreo de cabras y vacas, lo cual los hacía muy dependientes de los pocos pastos que hay en el desierto y de las lluvias que caían durante el monzón.

Esta humilde familia ha sufrido en diversas ocasiones las consecuencias de oscuros capítulos de la historia. Una de estas ocasiones fue cuando, en el año 1945 su región se vio afectada por una epidemia de viruela que causó miles muertos y diezmó a la familia, de la que murieron veinte miembros. El abuelo de Krishna fue el único superviviente de los 3 hijos que tenía su bisabuelo. La familia de Krishna piensa que esta enfermedad fue provocada por una nube radioactiva que llegó a la India desde Hiroshima y Nagasaki, tras uno de los episodios más vergonzosos de la historia de la humanidad.

La historia volvió sacudir a la familia cuando, en el año 1947, la India consiguió su ansiada independencia.  La antigua colonia se dividió en dos países: India, con población fundamentalmente de religión hindú, y Pakistán, con población principalmente musulmana. La frontera trazada en aquel momento, arbitraria como todas, dejó a los abuelos y los padres de Krishna en Pakistán y a muchos de sus familiares y amigos en la India. Miles de familias sufrieron el mismo destino. La independencia de estos dos países vino acompañada de una guerra entre ellos a causa de la línea divisoria trazada por los británicos antes de su retirada de la zona. Más de dos millones de personas tuvieron que abandonar su hogar y trasladarse al otro lado de la nueva frontera huyendo de los fanatismos religiosos de una y otra parte.

A pesar de ser de hindú, la familia de Krishna no quiso dejar su hogar y siguió viviendo en Pakistán durante varios años, conviviendo con sus vecinos musulmanes sin demasiados problemas. Pero poco a poco la situación se fue deteriorando. En India algunos extremistas atacaban a los musulmanes que residían allí desde muchos siglos atrás y que habían convivido en una relativa paz hasta ese momento. En Pakistán pasaba lo mismo con los hindúes que allí quedaron. Estos acontecimientos, junto con la escalada de tensión entre los dos países provocó más guerras y nuevos éxodos de las minorías a través de la frontera. Finalmente, una nueva guerra en el año 1971 provocó que los abuelos de Krishna tuvieran que dejar su hogar para trasladarse al pequeño pueblo de Esketi, a escasos 3 kilómetros hacia el interior de India. Otra vez las olas de historia habían vapuleado a la familia de Krishna, cuyos abuelos y padres huyeron dejando atrás casi todas sus pertenencias y una buena parte de su vida.

En este pequeño pueblo es donde nació Krishna. La fecha exacta de su nacimiento se perdió para siempre. Nunca sabrá la fecha de su cumpleaños porque en aquellos momentos las preocupaciones de sus padres eran otras. Él era el pequeño de 5 hermanos varones que tuvieron que trabajar desde pequeños. Krishna recuerda que esto era lo habitual, que cuando no hay comida lo demás parece que no es importante. Sus hermanos mayores pastoreaban las cabras de algunos vecinos, cortaban hierba o trabajaban en el campo. Comenzaron con estos trabajos de adulto a los 8 años para ayudar a su familia y a los 15 años trabajaban como obreros de la construcción. Gracias a su esfuerzo y al de sus padres Krishna pudo ir a la escuela. Su padre, que tan solo pudo estudiar educación primaria, quería que al menos uno de sus hijos tuviera la oportunidad de estudiar.

Y este es el hecho que cambió para siempre la vida de Krishna: el acceso a la educación. Él pudo y quiso estudiar. Su familia era humilde pero sabía que la única forma de salir de la pobreza era la educación. Gracias al esfuerzo de Krishna y al de su familia se produjo un cambio radical en la historia de su vida.

Krishna fue el primero de su familia que completó la educación secundaria. Esto supuso un gran esfuerzo económico para sus padres y hermanos, ya que la escuela secundaria estaba a más de 30 km de su casa. Él debía residir fuera durante el curso y esto suponía unos gastos muy elevados. Aún así su familia consiguió que pudiera acabar los estudios. A los 18 años, tras graduarse, tuvo la oportunidad de ir a Jaisalmer, una bonita ciudad relativamente cercana a su pueblo y un importante destino turístico. Allí estuvo trabajando durante dos años en un restaurante: comenzó limpiando platos y después paso a ser camarero. Gracias al contacto diario con los turistas y a sus ganas de aprender, Krishna consiguió hablar inglés, español y algunos dialectos locales. Esto le permitió trabajar como guía para grupos de turistas de diferentes lugares. Este trabajo mejoró considerablemente su situación económica.

Fue entonces cuando decidió que quería seguir estudiando. Pasó el examen de ingreso en la universidad y comenzó sus estudios superiores de ciencias políticas. Fueron años de mucho esfuerzo, estudiando por las noches y haciendo los exámenes por libre. No podía asistir a clase ya que durante el día seguía con su trabajo de guía turístico. Finalmente consiguió licenciarse. Por supuesto, él fue también el primer graduado universitario de la familia.

Cuando Krishna piensa en su infancia, la recuerda como una época feliz. No tenía casi nada pero a él no le importaba. Es cierto que las pocas veces que iba a la ciudad y veía a los niños con zapatos y ropa nueva, con cosas que él no conocía siquiera, se ponía un poco triste. A pesar de ello recuerda esa época con alegría. De hecho uno de los momentos más tristes de su vida fue cuando, ya con 29 años, dejó el lugar donde paso su infancia y su juventud. Toda su familia decidió trasladarse a un pueblo un poco más lejano de la frontera. Volvía a haber problemas entre la India y Pakistán y tenían miedo de que se repitiera la historia. Tenían miedo de tener que salir corriendo de nuevo, de tener que abandonarlo todo otra vez. Ahora su pueblo es Balewa, unos pocos kilómetros más alejado de la frontera. Es ahí dónde vive en estos momentos, donde crecerán sus hijos y donde espera vivir el resto de sus días.

Krishna se casó, tuvo dos hijas y, recientemente, un hijo. Con el fruto de su trabajo ha construido una casa nueva que podrá resistir a las pocas pero intensas lluvias que sacuden su pueblo casi todos los años. Tiene una buena vida y un futuro prometedor. Puede cuidar de sus padres y ayudar a sus hermanos y sobrinos, devolviendo así el gran favor que su familia le hizo sin esperar nada a cambio. Sus hijas y sus sobrinos van a la escuela y pueden tener una verdadera infancia. No tendrán que trabajar hasta que acaben sus estudios. Los nietos de Krishna no tendrán que volver pasar por una situación tan dura, y los nietos de sus nietos probablemente tampoco . Y todo esto gracias a que Krishna pudo ir al colegio. A veces resulta sorprendente ver los cambios que pueden producir acciones que, en principio, nos parecen insignificantes.

Pero aquí no acaba esta historia... Krishna es una persona que desprende energía. Es alegre, amable y generoso. Es lo que generalmente se llama “un buen hombre”. Y tanto es así, que él no se conformó con cambiar su vida y la de su familia. Krishna tenía el sueño de ayudar a todo su pueblo y sabía, por su propia experiencia, cómo hacerlo. En Balewa hay una escuela pública pero, como ocurre en muchas escuelas indias, la calidad es muy baja. Por eso él decidió que quería fundar una escuela gratuita y de calidad para los niños de su pueblo.

Un buen día su trabajo de guía le llevó a conocer a Xènia, una mujer catalana que estaba visitando la India. El destino hizo que Krishna fuera su guía en ese viaje. Una noche, mientras conversaban, Krishna le comentó  su sueño de construir una escuela. En unos minutos la ilusión y la energía de Krishna contagiaron a Xènia. Ella prometió ayudarle en cuanto volviera a España. Y así lo hizo: en unos meses ya había montado una asociación en Cataluña a la que denominaron “El Somriure dels Nens” o “La Sonrisa de los Niños” en castellano. Fue la sonrisa de los niños lo que acabó de convencer a Xènia en su viaje a India. Comenzaron a recaudar fondos y en poco tiempo se construyó la primera aula.

Cuando Krishna vio llegar a los niños, y sobre todo a las niñas, sonrientes y acompañados de sus padres, ese mismo instante, fue el momento más feliz de su vida. Después vino una segunda aula, más cursos, un pozo, una casa para voluntarios y mucho más. Krishna dedica la mayor parte de su tiempo libre a este proyecto. Supone mucho trabajo y esfuerzo pero él lo hace encantado y con una envidiable sonrisa. Ahora su sueño es que, de los 6 cursos que tienen actualmente, puedan llegar hasta los 12 (el equivalente al bachillerato español) y así evitar que los niños tengan que dejar el pueblo para acabar sus estudios, ya que las familias sin recursos no se lo pueden permitir. Su proyecto no se limita tan solo a los niños, ya tiene planes para ayudar a las mujeres a través de la artesanía y muchas otras ideas bullen en su cabeza.

Llegados a este punto habría que reescribir el primer párrafo de esta historia y contar como es hoy en realidad la vida de Krishna...

En estos momentos Krishna es un joven padre de familia de 34 años. Sus padres, como sus abuelos y todas las generaciones que le precedieron eran pobres y casi analfabetos. Sin embargo Krishna es un licenciado universitario en Ciencias Políticas y Administración Pública. Habla inglés, español y varios idiomas locales de la India. Trabaja como guía turístico pero en el futuro quiere tener su propia agencia. Él y sus hermanos cuidan de sus padres que, por fin, pueden descansar y tener una vejez tranquila y digna. Sus hijos pequeños van a la escuela y viven con él y con su madre en una casa nueva, todavía sin terminar pero acogedora, limpia y segura. Krishna ha cumplido uno de sus sueños: crear una escuela para mejorar la educación de los niños de su pueblo.

Como todos los soñadores, aún no ha concluido este sueño y ya tiene otro. Desde que era joven ha leído, entre otros, a Ghandi y a la madre Teresa de Calcuta. Se ha dejado imbuir por ese espíritu y esos elevados valores morales. En el futuro él también quiere escribir un libro. Piensa que hay que ser generoso, que hay que vivir en paz y ayudar a los demás. Quiere contar a todo el que quiera oír cómo ser feliz y cómo construir un mundo mejor a través de la educación y el respeto. Mirando su sonrisa parece que él conoce el secreto para lograrlo, así que  habrá que esperar con paciencia para poder leer su libro... porque Krishna es ese tipo de hombre capaz de conseguir todo aquello que se proponga.