Medellín: de la ciudad más peligrosa a "la más educada"

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Medellín, 10-1-2012

Hace unos días, cuando todavía estábamos en casa de David y Andrés, vino a cenar con nosotros Óscar, un amigo suyo. En un momento dado Óscar nos dijo:

- Por cierto, ayer conocí a Alejandro, el couchsurfer que os iba a hospedar aquí en Medellín. Es amigo de un amigo nuestro... Yo comenté que David y Andrés no habían venido porque tenían a unos españoles en casa y Alejandro dijo: “¡¿No serán los que me escribieron a mí?!”

Y ¡sí!, éramos nosotros. Resulta que Alejandro es un chico al que le pedimos alojamiento y aceptó nuestra solicitud, pero lo hizo después de que nos hubiéramos comprometido con David, así que no llegamos a ir a su casa. ¡Qué casualidad que tengan un amigo común! Óscar nos contó que Alejandri es muy agradable y pensamos que quizás podríamos conocerlo más adelante, antes de irnos.

Y ayer nos escribió un mensaje este mismo Alejandro, el couchsurfer:

"Estoy comiendo con mi amigo Julián (de Taller 7) y me ha hablado de ustedes. ¡Tengo ganas de conocerles! ¿Qué hacen mañana?"

¿Cómo puede ser tanta casualidad? ¿Será que todo el mundo en Medellín se conoce? ¿O que Alejandro conoce a todo el mundo? ¿O que todo el mundo nos conoce en Medellín?

Todo esto nos resulta muy divertido (o muy "charro" como dicen por aquí) y el caso es que nosotros también tenemos ganas y curiosidad por conocerlo, así que quedamos con él al día siguiente. Alejandro viene a recogernos con su coche y nos lleva al Museo de Arte Moderno. Cuando llegamos... ¡está cerrado! Pero no importa. Paseamos con él por los alrededores, donde hay un parque lleno de gente: jóvenes sentados en el césped, adolescentes en una pista de skate, personas paseando o haciendo ejercicio...

- Está muy bien que haya espacios así en la ciudad para que la gente pueda salir a relajarse, tomar aire fresco... Antes no había sitios así, pero la alcaldía ha hecho muchas cosas para mejorar la ciudad -nos comenta Alejandro.

Hace unos días Andrés y David nos decían lo mismo. Además de los programas sociales, se están creando espacios abiertos dirigidos al disfrute de la población. Muchas obras se están realizando en barrios humildes.

- Cuando en un barrio de las afueras, que se siente olvidado y pobre, se hace un parque bonito, o un buen colegio, la gente del barrio se siente más valorada y la zona adquiere un nuevo valor. También se está invirtiendo mucho en educación -nos comentaba David, añadiendo con orgullo: -El lema de nuestra ciudad es “Medellín, la más educada”

Pero sabemos que no siempre ha sido así. Le preguntamos a Alejandro acerca de cómo era la ciudad cuando era pequeño. Él tiene unos 40 años, de manera que su niñez coincidió con la época en la que Medellín era considerada una de las ciudades más peligrosas del mundo.

- Nuestras madres estaban siempre preocupadas por si nos pasaba algo, no nos dejaban salir a la calle. Cuando éramos jóvenes, como mucho, podíamos juntarnos en casa de algún amigo y sentarnos en el comedor con sus padres. ¡Con un poco de suerte, el padre de alguno nos daba un cuarto de botella de vino para compartir entre 4 o 5!

Nos habla de los tiempos de Pablo Escobar, que llegó a ser el narcotraficante más conocido y poderoso de Colombia. De cómo hacía y deshacía a su voluntad, como si fuera el dueño de la ciudad. De los asesinatos y extorsiones que se cometían en su nombre. De cómo contrataba a niños como sicarios. De cómo, para lavar su imagen, hacía “obras sociales” y daba dinero a quienes lo necesitaban. De cómo, increíblemente, se metió en política y llegó a formar parte del Congreso como miembro suplente.

Hoy en día hay gente que lo sigue considerando un héroe, a pesar de todas las personas que murieron por su culpa.

Afortunadamente, la situación ha cambiado, pero algunos barrios de la ciudad siguen siendo realmente peligrosos. En los últimos años, tras la desmovilización de los paramilitares (llevada a cabo entre el 2003 y el 2009), está surgiendo un nuevo fenómeno: las “bacrim” , bandas criminales formadas o dirigidas por algunos ex paramilitares, que se apoderan de los barrios, imponiendo su ley y enfrentándose a las bandas de los barrios vecinos. Un tipo diferente de violencia que hoy en día mantiene a las familias de estas zonas tan atemorizadas como lo estaba la familia de Alejandro cuando era niño.

El centro de Medellín parece más seguro, pero hemos observado algo que nos ha sorprendido, y es que hay mucha gente durmiendo en las calles. Casi todo son hombres jóvenes, tirados en el suelo de cualquier calle y a cualquier hora del día. Nos recuerda (salvando las distancias) a las calles de New Delhi. Nos sorprende mucho por el hecho de que en países y ciudades mucho más pobres, como Nicaragua y concretamente Managua, no hay tantos sin techo. Quizás esto sea debido al problema de la droga y la violencia que azotan al país.

Pasamos la tarde hablando de estas y de otras muchas cosas. Alejandro nos invita a comer algo y más tarde nos propone que lo acompañemos a él y a un amigo al cine. Como la película que vamos a ver ("Lo Imposible") también querían verla David y Andrés, los llamamos para ver si les apetece unirse al plan. Ellos aún no se conocen y nos parece divertido cerrar este círculo de amistades en el cual nos hemos visto inmersos. A pesar de que Andrés está resfriado, no se lo piensa dos veces:

- Andrés dice que se toma un par de paracetamoles y vamos para allá. -me responde David por teléfono.

¡Estupendo! Nos alegramos de ver a nuestros amigos de nuevo. Una hora después estamos sentados en una sala de cine, con nuestras palomitas y nuestro refresco.

- ¿Cuánto tiempo hacía que no íbamos al cine? -me pregunta Javi.

- No sé... ¿dos años? Porque antes de empezar el viaje, con el “plan ahorro”, ¡sólo veíamos películas en casa!

Esto hace que hoy nos salgamos un poco del presupuesto, pero ¡un día es un día!