De Rishikesh a Haridwar

Información
This post is categorized under...
Sections: 
Countries: 
Authors: 

Haridwar, 4-12-2011

Pasamos los últimos días en Rishikesh intentando ponernos al día con la web y revisando los materiales para el proyecto. Antes de irnos, aún nos da tiempo a cenar con Esteban, el argentino que habíamos conocido en el concierto, y a conocer a Argi y Leandro, una pareja encantadora que vive en Barcelona, aunque él es también de origen argentino. Ellos también están haciendo un largo viaje y tienen un proyecto súper interesante: están haciendo unos pequeños documentales sobre personas que viven en distintos países y que tienen una vida especial, diferente a lo habitual.

También recibimos visita en nuestro balcón: un monito empeñado en asustar a Mayte, jugar con nuestra ropa tendida y entrar en la habitación.

Dejamos Rishikesh guardando un bonito recuerdo que esta ciudad. Seguro que la echaremos de menos.

Cogemos un tuk-tuk que nos deja en Haridwar, una de las 7 ciudades más sagradas del hinduismo. Aquí vemos otro aarti acompañados de muchos hindúes, con algunos de los cuales empezamos a hablar y con quienes acabamos haciéndonos fotos ¡a petición suya! Aunque la ceremonia es muy bonita, nos impresionó mucho más la de Rishikesh. La ciudad tampoco nos dice nada y los hoteles son un poco caros y bastante cutres, así que la idea es salir al día siguiente por la tarde hacia nuestro próximo destino. Por una vez, hemos comprado los billetes de tren con bastante antelación, así que está todo claro.

Sin embargo, las cosas se complican un poco porque Mayte se pone mala del estómago y tenemos que quedarnos un par de días más. Nos toca devolver los billetes de tren, perdiendo parte del dinero, y tras un buen rato yendo de ventanilla en ventanilla por la estación de tren, conseguimos los billetes.

Aún nos da tiempo a visitar un templo que hay en lo alto de una colina.  Desde abajo se adivina el perfil del tempo, que parece bastante bonito. Subimos hasta allí en una telecabina porque Mayte se encuentra un poco débil después de pasar día y medio con una manzana, una patata, un plátano y un par de galletas. Cuando llegamos, entramos e intentamos pasar por el tempo sin que nos agobien los religiosos que intentan que demos donativos, pero lo hacemos tan rápido ¡que nos salimos del templo! Es que aquí los templos por fuera son bastante llamativos, pero por dentro la mayoría de las veces simplemente son pasillos con pequeños altares a los lados. Así que, bastante decepcionados, disfrutamos un poco de las vistas desde la colina y volvemos al hotel.

Por suerte, Mayte se encuentra mejor y parece que mañana podremos seguir con nuestro camino.