¡De vuelta a la Patagonia!

Puerto Madyn, 15-7-2013

Aún resuena en nuestras cabezas el sonido de las cataratas de Iguazú cuando subimos al bus que no llevará de nuevo hacia el Sur. La experiencia de esta mañana en el lado brasileño de las cataratas ha sido muy intensa. Pocas veces un paisaje o un fenómeno natural han hecho que me emocione de esa forma, casi hasta las lágrimas. Dejamos este lugar con una sensación agridulce: estamos contentos de haber podido vivir esa experiencia pero empezamos a darnos cuenta de que ya solo nos quedan unos días para volver a casa.

En estas últimas semanas estamos corriendo como nunca en este viaje. Primero fueron dos días de bus para llegar desde Bolivia a Argentina, cruzando todo Paraguay. Ahora vamos de nuevo hacia la Patagonia. Volvemos al gran Sur. Pero esta vez será un viaje directo a la zona de la costa Este, a Puerto Madryn, donde esperamos quitarnos la espinita que nos dejamos clavada al no poder ver el espectáculo de las ballenas que se acercan a la costa a partir de estas fechas.

Ya estamos más que acostumbrados a los largos viajes en bus, y en Argentina parece que es un placer viajar de esta forma, al contrario que en Boliva, donde cada desplazamiento era una lucha. Apenas habíamos usado el bus en nuestro anterior recorrido por la Patagonia, ya que prácticamente lo hicimos todo a dedo. Ahora nos damos cuenta de lo caros que son los buses aquí... pero no se puede tener todo.

Tardamos unas 20 horas hasta nuestra primera parada: Buenos Aires. Es la segunda vez que pasamos por está ciudad sin pararnos más que a dar un paseo. La anterior fue en nuestra escala de unas pocas horas camino de Ushuaia  y esta no va a ser más larga. Disponemos de unas horas antes de que salga el bus a Puerto Madryn así que dejamos las mochilas a buen recaudo y salimos a inspeccionar la ciudad. Nos gusta, lo cual no es poco ya que las ciudades no nos atraen demasiado. Nos alegramos de haber dejado unos días de margen para poder conocerla un poquito más antes de volar a España.

Por la tarde volvemos a subir a otro bus, donde nos esperan otras 20 horas de viaje. O eso creíamos, porque por motivos varios (una avería, controles de la policía...) llegamos a Puerto Madryn con un retraso de más de 5 horas, consiguiendo, si no me equivoco, el récord del viaje: ¡54 horas de trayecto!

El camino nos ha traído muchos recuerdos de estos últimos meses en los que recorrimos paisajes muy parecidos. El desierto, la pampa, el viento inclemente, el horizonte, el mar... Echaremos de menos estos lugares y estos momentos.

Llegamos de noche, con lluvia y frío. Pero ¿Que esperábamos? ¡Estamos en la Patagonia en pleno invierno austral! Salimos con nuestras mochilas a cuestas a buscar un hostal y, tras varios intentos, encontramos uno que no esta mal de precio aunque es un poco más caro y un poco mejor que lo habitual. Ya que nos quedan solo unos días de viaje... ¡disfrutemos de un pequeño lujo!

Dejamos nuestras cosas, nos abrigamos bien y salimos a buscar un sitio abierto para cenar porque ya es un poco tarde. Cenamos en una pizzería típicamente argentina y nos dirigimos al paseo a pesar del frío. ¡Nos han dicho que a veces se pueden ver la ballenas desde aquí mismo, desde la ciudad! Pero hay una noche cerrada y no vemos nada. Bien, seguro que están ahí, tan solo hay que esperar una noche más.