Últimos días en Medellín

Información
This post is categorized under...
Sections: 
Projects: 
Countries: 
Authors: 

Medellín, del 1 al 6-2-2013

Esta mañana hemos quedado con Johanny, coordinador de El Patio Don Bosco (centro de atención a niños en situación de calle), para hacerle una entrevista, la última de las muchas que hemos hecho en Medellín durante estos días.

Mayte no ha podido venir porque le dolía el tobillo debido a la infiltración que le hicieron ayer, así que he ido yo solo. Johanny ha conseguido una sala en un centro público cercano en el que hay ordenadores, Internet, biblioteca y otros servicios gratuitos para la población.

Tras la entrevista Johanny me acompaña a dar un paseo por la zona que, según me explica, antes era una de las más peligrosas del centro: “No se podía caminar por aquí”, me dice. Sin embargo ahora se han construido parques, la mencionada biblioteca y otras infraestructuras públicas. El resultado es que ha cambiado el aspecto y se puede ver a multitud de personas paseando y disfrutando de lugares como el “Parque de los Pies Descalzos” donde uno debe descalzarse para caminar sobre la arena. Por lo visto, esta actuación para regenerar el barrio fue acompañada de medidas sociales para rehabilitar a los habitantes de la calle, prostitutas y demás. En algunos casos se consiguió y en otros no: simplemente cambiaron de lugar. Aún así se hizo un esfuerzo en ese sentido, cosa no muy común en otros lugares, donde simplemente se les desplaza a otra zona marginal.

Antes de acabar el paseo le comento a Johanny que necesitaríamos grabar algunos recursos en la calle para completar nuestro trabajo y él me ofrece la compañía de un educador del centro, por seguridad y como guía, para esta tarde. Además nos ofrece participar en una “operación amistad” que realizarán para que podamos conocer “la calle” de noche. Acordamos que el lunes sería un buen día ya que Mayte debería ester recuperada para entonces.

Vuelvo a la casa y, como todos los viernes, hay mucha gente dibujando. Es el curso de dibujo semanal de Taller 7. Mauricio nos prepara una encerrona a Mayte y a mi, haciéndonos posar durante media hora como modelos para un retrato. Es toda una experiencia y un honor ya que el dibujante que lleva las clases es José Antonio Suárez Londoño, un famoso artista colombiano con obras expuestas en el Moma de New York y que es, además, creador del billete de mil pesos colombiano. ¡No todos los días puede uno ser dibujado por un artista famoso!

Después de comer con Julián, otro de los fundadores de Taller 7 y con José Antonio, que resulta muy agradable a pesar de su fama de reservado, salgo corriendo para llegar a mi cita de la tarde en El Patio. Una vez allí salgo con Juan, el educador que me acompaña en el recorrido por las calles de Medellín. Es duro pasar la tarde viendo como viven los habitantes de la calle pero resulta muy interesante de cara a nuestro proyecto. (Más información sobre este recorrido aquí)

El día siguiente, sábado,  lo pasamos trabajando y por la tarde Mayte llama a nuestros amigos David y Andrés para quedar un rato por la noche y despedirnos. Yo escucho su conversación:

- ¡Aló! ¿David?...Sí, ¡todavía en Medellín! ¡Un mes ya! Pero el martes nos vamos definitivamente ¿Quedamos un rato esta noche?...¡Perfecto! Nosotros vamos a llamar a Alejandro, si quieren hablen ustedes con Juliet y su novio, a ver si se apuntan, ¿vale?...Sí, ok, yo le pregunto a Julián y a Mauricio también...¡Ah! Muy bien, entonces luego nos llamamos para quedar...

Mayte cuelga y me ve mirándola sonriente:

- ¿Qué pasa?– me pregunta.

- Nada... Me ha hecho gracia la conversación. Parecía que estuviéramos en Valencia quedando para salir con nuestros amigos un sábado cualquiera. Quién diría que estamos en Medellín...

Y es cierto. Hemos hecho muchos y buenos amigos en esta ciudad. Nos vamos a ir de aquí sin haber visto muchos de los atractivos turísticos de la ciudad (como el parque Arví, el museo de arte moderno...) pero hemos conocido la vida de este lugar mucho mejor de lo que esperábamos cuando llegamos, hace un mes, pensando en pasar 2 o 3 días y seguir viaje.

Por la noche, estamos caminando por una calle del poblado acompañados por nuestro amigo Andrés, cuando de pronto vemos venir a una pareja que va vendiendo manillas (pulseras) y otras artesanías. Vienen caminando de frente, hacia nosotros... de pronto los reconozco: ¡son Fernando y Luisa! Es la pareja con la que pasamos una extraña Nochebuena en Santa Fe de Antioquia. Les damos un abrazo sorprendidos por la coincidencia. Ellos nos cuentan que, después de la pelea tan desagradable que tuvieron aquella noche, se fueron a Medellín y que han estado por aquí hasta ahora. Fernando parece un poco cohibido y nos dice que después de aquello se reconciliaron y que ahora todo está bien. Parece un poco avergonzado. Yo, mientras hablamos con ellos, pienso: “¡Que no hayan leído nuestro blog! ¡Por favor!”.

Nosotros escribimos la historia de Fernando y la hicimos pública pensando que no los volveríamos a ver. De hecho yo le comenté a Mayte que no sabía si debíamos publicarlo y ella me respondió: “Ya sería casualidad que nos los encontráramos de nuevo...” ¡Ja! ¡Ahí los tenemos, justo delante de nosotros! Increíble.

Muchas veces tenemos dudas acerca de lo que deberíamos publicar y lo que no. Muchas veces las personas que conoces te cuentan cosas intimas sobre su vida y no esperan que aparezcan en Internet. Es difícil conciliar la privacidad con la información que queremos dar sobre los lugares que visitamos y las personas que encontramos. Algunas historias personales se quedan sin publicar pero otras las hacemos públicas porque sirven para que el lector comprenda mejor el contexto del país que visitamos. Ese es el caso de la historia de Fernando. En ese caso nos pareció interesante y la publicamos, eso sí, cambiamos los nombres de los protagonistas para respetar su intimidad. En cualquier caso la preocupación era  innecesaria: no parece que hayan entrado en nuestra página web.

Después de un rato de charla nos despedimos y seguimos nuestro camino para encontrarnos con el resto de nuestros amigos, con los que pasamos unas horas de relax. Después de un buen rato nos despedimos de ellos por cuarta y creo que última vez. Nos da pena no volver a verlos, al menos no en mucho tiempo, pero hay que continuar...

Los dos días siguientes los pasamos también trabajando y el lunes por la noche, nuestra última noche en Medellín, vamos a El Patio de nuevo. Allí nos esperan Johanny, (el coordinador), Juan (el educador que me acompaño el viernes) y Gloria (la trabajadora social del CAE Ciudad Don Bosco de atención a ex niños-soldado).  Pasamos unas horas caminando de nuevo y viendo otra faceta de la vida en las calles de Medellín. Vemos algunas situaciones duras, muy duras. Pero así es Medellín: una ciudad de contrastes, como el resto de Colombia. (Más información sobre este recorrido aquí)

El día siguiente lo pasamos trabajando también. Yo aprovecho para acabar de actualizar la página web de Taller 7, tal y como les prometí a nuestros amigos. Por la tarde nos despedimos de Julián y Mauricio, nuestros anfitriones durante las últimas semanas. Los próximos días van a ser un poco más suaves. Necesitamos un tiempo de viaje, sin más, para cargar las pilas. ¡Mañana nos ponemos en marcha de nuevo! Ha sido un mes de intenso trabajo pero ha valido la pena. Ahora toca seguir con nuestro camino... próximo destino: Guatapé.