País y gente

Cuba es un país muy interesante y tiene muchos sitios bonitos para ver... si tienes dinero. Aquí todo es bastante caro: dormir, comer, los transportes, las excursiones, etc. Las zonas más conocidas de Cuba (Varadero, los Cayos...) están prácticamente restringidas a hoteles de “todo incluído”, quedando fuera del alcance del bolsillo de cualquier mochilero. Aún así, hay sitios muy bonitos a los que resulta más económico llegar (playa Ancón), ciudades preciosas (Trinidad) y lugares naturales por donde hacer excursiones. Por supuesto, La Habana también tiene su encanto especial y vale la pena pasear por sus calles y el malecón.

Los cubanos hacen honor a su fama de ser buenos conversadores. Cualquier persona que encuentres por la calle (un vecino del hotel, un vendedor de CD, el taxista...) estará encantada de mantener una conversación y contarte acerca de la historia de Cuba, la revolución, los problemas del país, o contarte su vida. Alguna vez hemos pedido un café en algún sitio y nos han invitado a entrar a su casa y sentarnos a charlar con ellos.

Pero ¡ojo! A veces (demasiadas veces) detrás de esto hay un interés. Paseando por La Habana se te acercarán personas en plan “amigable” e iniciarán una conversación del tipo “¿De dónde eres? ¡Ah, de España! Mi hermana está allí desde hace 3 años. ¡Son campeones del mundo de fútbol! ¿Madrid o Barça?”, etc. Luego te aconsejarán que vayas a tal restaurante, bar o local de salsa y se ofrecerán a acompañarte. ¡Qué casualidad! Siempre coincide que van en la misma dirección. Si accedes, tiene que asumir que tendrás que invitarle a algo. Muchas veces, partiendo de esta “bonita amistad” se ofrecerán a enseñarte la ciudad, incluso a llevarte a su casa y presentarte a su familia.

Por supuesto, también hay gente amable y generosa por naturaleza, pero sobre todo en La Habana lo más frecuente es lo anterior.

Dejando aparte a los “cazaturistas”, nuestra experiencia con la gente cubana ha sido muy positiva, sobre todo con la familia con la que tuvimos la suerte de convivir varios días. Son abiertos, alegres, hospitalarios, sinceros... ¡encantadores!

Otra de las características del estereotipo cubano es lo mucho que les gusta la fiesta, sobre todo la salsa. ¡Y también es cierto! Para mí (Mayte) que me encanta bailar salsa, ha sido genial poder hacerlo aquí. Hay bailarines estupendos y, según mi opinión, esta es la verdadera salsa, y no la que se suele bailar en Europa, que parece más para exhibirse que para pasarlo bien y disfrutar. Pero esto da lugar a otro fenómeno: el “jineteo” Aprovechando la aproximación que el baile permite con los turistas, muchos chicos y chicas intentan acercarse aún más, estableciendo una supuesta relación amorosa o de amistad, tras la cual es difícil decir que no cuando te piden dinero porque su madre está enferma, o que le pagues las copas porque no tiene para esos gastos, etc. Por supuesto, esto nosotros no lo vivimos en primera persona (yo sólo bailé y dejando claro que mi chico estaba mirando)