País y gente

Al llegar a Kathmandú, en realidad da la impresión de estar en la India. El ambiente, los olores, los rasgos faciales de las personas, la vestimenta... Aunque el carácter de los nepalíes es diferente: son simpáticos y habladores, pero no hasta el extremo de los indios.

Aunque hay pobreza, también se ve menos miseria que en India. Lo más duro: los niños que van esnifando pegamento por las calles de Kathmandú, con la mirada perdida y pidiendo siempre algo que comer. A estas cosas nunca llegaremos a acostumbrarnos...

En las montañas es bastante diferente: todo es más tibetano. Son más tranquilos que en la capital y también algo más tímidos, pero una vez se rompe el hielo son muy amigables.

Tal vez lo que más nos ha impresionado de este país han sido sus increíbles montañas y los pueblos que encontramos en el trekking.