Transportes

El medio de transporte más habitual es el autobús. Llenos de adornos, lucecitas y colores, son bastante curiosos. Lo normal es que vayan bastante llenos y la gente muy apretada, por lo que conviene coger un asiento cerca de la ventanilla siempre que sea posible, ¡sobre todo si hace calor! Aunque en las aglomeraciones siempre conviene controlar bien nuestras cosas, los robos no son habituales.

Respecto a la conducción... ¿cómo explicarlo? Parece que a cada minuto te vayas a estrellar contra el coche que viene de frente, arrollar a una moto, atropellar a alguien... pero la cuestión es que casi nunca pasa nada. Los coches se entrecruzan continuamente, como en una especie de baile. Y, como en el baile, se ceden el paso unos a otros sin pisarse.

Mientras circulan, los conductores tocan el cláxon continuamente, pero si otro vehículo hace un cambio de sentido saltándose una doble continua no pasa nada: los otros coches le dejan pasar sin enfadarse ni pitar una sola vez. ¡Curioso!

Hay bastantes taxis en todas partes y los precios no son desorbitados, pero siempre hay que regatear. Lo mismo vale para los autobuses. Varias veces han intentado cobrarnos de más. Recomendamos preguntar siempre a alguna persona cuál es el precio habitual para tener una referencia desde la cual regatear y mantenerse firme; al final suelen cobrarte lo adecuado.