Comer y dormir

Comer

Aunque la comida tailandesa suele ser bastante picante, en todos los sitios turísticos cocinan bastante suave, de manera que no es un problema para aquellos con estómagos delicados.

El plato más popular es el Pad Thai, unos tallarines que pueden ir acompañados de verduras, carne, gambas... En los puestecitos callejeros suelen ser igual de buenos y muy baratos (algo más de 1 euro), por lo que hemos comido tallarines muuuuuchas veces. Hay otros tallarines, más anchos, los Pad Tziu, que también están buenísimos. Otra opción económica son los variados platos con arroz. Es muy conocido el arroz con mango, pero a nosotros no nos resultaba muy apetecible, la verdad, así que no lo probamos.

En las islas, por supuesto, el pescado y el marisco ocupa un lugar principal. Lógicamente, es bastante más caro, pero algún día hay que darse el capricho.

Una de las mejores cosas son los batidos de frutas. ¡Qué fresquitos y qué buenos! No siempre son realmente baratos, pero sí lo son si se compara con España, claro. Y disfrutar de frutas tropicales naturales y maduradas de manera natural no tiene precio.

Dormir

Los precios de los hoteles en los que hemos estado van desde los 160 a los 350 bahts (entre 4 y 8'80 euros) pero suelen estar bastante limpios, incluso los que tienen baños compartidos. ¡Nada que ver con la India!

En la mayoría tienen precios fijos y no se puede regatear, ¡pero a veces vale la pena intentarlo!

Algo curioso es que no suele haber enchufes en las habitaciones, sólo en la recepción, en el restaurante y a veces en los pasillos, por lo que es común ver a los viajeros sentados en el suelo de los mismos, cada uno con su correspondiente móvil o portátil.

Respecto a las camas, en general están bien. Suelen tener sábana bajera pero nada para taparse. Aunque, con el calor que hace, tampoco es que haga mucha falta ¿verdad?