Pushkar

La ciudad

Dedicada al dios Brahma, construida alrededor de un lago sagrado y con cientos de templos, es un lugar agradable para pasar unos días y observar a los peregrinos bañarse en el lago.

Dónde dormimos

White House

  • Precio: 200 rupias = 3 euros. Habitación doble con baño.
  • Contactohotelwhitehouse@hotmail.com, www.pushkarwhitehouse.com. Telf. (+91 (0) 01452772147. Parte norte del lago. Está un poquito escondido, en un callejón estrecho. Pero la ciudad esta llena de indicaciones hacia un hotel que se llama Milkhouse y esta justo al lado de este, seguid estas indicaciones.
  • Opinión: es un pequeño hostal regentado por una familia encantadora, especialmente la madre. Tienen restaurante en la terraza cuyo cocinero es uno de los hijos y otro de los hijos da clases de yoga.

Dónde comimos

Los que más nos gustaron fuero el restaurante del White House (los ingredientes son de calidad, incluyendo auténtico aceite de oliva), en el Rainbow (muy buena la pasta y las tartas, concretamente la Bannofi Pie – no la pedimos, pero nos la dieron a probar)

Qué vimos

El lago y los templos de Brahma (el mas importante de la ciudad) y Savitri (situado en lo alto de una colina desde la que se ve toda la ciudad.

Blog

Los últimos días en Pushkar aún nos tenían que regalar algunos momentos que guardaremos para siempre en nuestra memoria.
La amabilidad de los dueños del hotel y una curiosa situación en el autobús hacen que salgamos de esta ciudad con una sonrisa en los labios y llenos de energía.

Los brahmanes, según el hinduismo, son la casta que se dedica a los oficios religiosos. Ellos tienen la responsabilidad de aprender y transmitir los vedas, las oraciones que, hasta hoy en día, se siguen escribiendo y recitando en sánscrito, una lengua muy antigua ya apenas utilizada fuera de estos ámbitos.
Para evitar que esta tradición se pierda, se ha creado una escuela especial: la Brahma Savitri School.

Seguramente, si no fuera porque no nos funcionaba la conexión a Internet, no nos habríamos parado a ver el cartel de precios del ciber del hotel. Y entonces Kapil, uno de los hijos de la familia que lo regenta, no nos habría preguntado qué necesitábamos. No le habríamos hablado de nuestro proyecto y no habría pasado todo lo que pasó después.