Kapurthala

La ciudad

Una pequeña ciudad en el estado del Punjab. Una zona nada turística donde resulta muy fácil ver la auténtica India y conocer gente encantadora. Esto se puede hacer extensivo a toda la zona del Punjab. No hemos conocido gente tan abierta y hospitalaria en ningún otro lugar.

Dónde dormimos

En un pueblecito cercano, en casa de la familia de nuestro amigo Rahul. Nos acogieron de maravilla, haciendo que nos sintiéramos como en casa.

Dónde comimos

En casa de la familia de nuestro amigo Rahul. El sitio donde mejor hemos comido en toda la India.

Qué vimos

A la familia de nuestro amigo Rahul y a sus vecinos. ¡En serio!, fueron unos días maravillosos en los que no vimos nada en especial. Solo paseamos por la ciudad, fuimos de compras con las mujeres e hicimos un tour en moto con el padre de Rahul. El pueblo es encantador, y la gente, más. Desde allí fuimos todos juntos a Amritsar, donde vimos el famoso Golden Temple.

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Salimos de casa toda la familia con nuestras mejores galas, a excepción de Vicky y la madre de Rahul, que se quedaron trabajando en el puesto de fruta. Sonia y Minu le regalan a Mayte pendientes, anillos, collares y pulseras, y a Javi una cadena, todo dorado. Entendemos que para ellos es importante ir muy arreglados a este lugar sagrado, pero insisten en que no es un préstamo, sino un regalo. La hospitalidad de esta familia no tiene límites.

Durante los días que pasamos con esta maravillosa familia nos ofrecen comida y bebida a todas horas. Las mujeres están empeñadas en engordar a Mayte, diciendo “morti, morti” (algo así como que tiene que ponerse “gordita, gordita”) y riendo siempre.

Hace dos días llegamos a Bahanwipur, un pueblecito cerca de Kapurthala, para pasar unos días con la familia de Rahul, un chico que fue alumno de Mayte en las clases de español de Ceimigra, y también amigo.

Cuando llegamos a Jalandhar vienen a recogernos Sani (primo de Rahul), su hermano Vicky y uno de sus hijos para llevarnos a casa. El inglés de Sani nos permite comunicarnos mínimamente, aunque ya vemos que no va a ser fácil.

Es cierto que la India es un país bastante caótico. Que las calles están llenas de basura. Que los turistas corremos el riesgo de ser objeto de engaños para sacarnos dinero. Pero eso es sólo una parte. Más allá de los circuitos turísticos hay una India compuesta de personas capaces de abrirte las puertas de su casa, de su vida y de su corazón a cambio de nada.